miércoles, 13 de febrero de 2013

Brooklyn Roads

Estamos tratando de tachar cosas para hacer de la lista de Flor, que en dos semanas se estaría volviendo a Buenos Aires. Así que en estos días hicimos muchas cosas y voy a tener que resumir bastante. Volvimos a Williamsburg porque a El Trino de la Canaria (pum, chivo) le gustó mucho Brooklyn. Llegamos tarde otra vez, como siempre, porque siempre nos cuesta como 3 horas salir de casa entre maquillaje, ropa, ducha, desayuno, charla, y demás. Comimos en un restaurant que vimos abierto, porque ya era tarde y no todos servían comida. Muy rico, pero la verdad que ni me acuerdo el nombre así que no lo voy a publicitar. Volvimos a la librería de libros usados que nos encantó la primera vez y obviamente compré un libro. Usado, pero no cambia porque era uno de Alexander McQueen (el del Met) y estaba bien cuidado. Caminamos hacia unas tiendas de ropa vintage que hay miles pero son difíciles de encontrar. En realidad no de encontrar, si no de encontrar a precio aceptable y amigo del bolsillo. Pero después oscureció así que tomamos un café y volvimos a Manhattan.
Otro día nos encontramos con Daiana, que vendría a ser una compañera de trabajo de Flor que también anda estudiando acá. Nos llevó al Chelsea Market, que la verdad no conocía. Es una ex fábrica de Oreo donde ahora esta lleno de locales de comidas y mercados diversos. Podes encontrar un stand de muuuchos distintos tés y especias, un mercado de flores, otro de chocolates, carnicerías, panaderías y pastelerías miles, mercados de canastas de mimbre, otro de sales (sí, hay miles de sales que ni tenía idea de su existencia), librerías, obvio y muchas otras cosas. Es muy recomendable. Me compré como cuatro libros, un té, carne y me comí un crepe dulce increíble. De ahí salimos y subimos a la High Line. Son unos rieles aéreos en desuso que vecinos invirtieron para convertir en un paseo por el Meatpacking District y Chelsea. De ahí se ven muchos edificios modernos, el río Hudson y muelles/puertos. Es nuevo esto, así que tampoco había venido. Fue bueno sumar dos cosas que nunca había hecho en NY.
Al día siguiente fuimos temprano a un tour que habíamos reservado por el Garment District. Era grupal y encima gratis. Esta parte vendría a ser la meca del diseño en Manhattan. Desde principios del siglo 20 que alberga locales de textiles, varios talleres de costura, oficinas de diseñadores importantes y algunos showrooms de otras marcas. El guía nos explicó un poco de la historia del barrio, de sus edificios, historias curiosas y nos paseó por varias edificaciones. Pasamos por donde Ralph Lauren, Badgley Mischka, Oscar de la Renta y Donna Karan tienen sus oficinas, donde justo estaban haciendo fitting de las nuevas colecciones para el FW13. No llegamos a ver a nadie importante, pero fue emocionante estar ahí. Fuimos a Mood (ese lugar de telas donde compran los de Project Runway) y nos babeamos por todo, pero los precios no eran baratos así que solo sacamos fotos.
Los otros días anunciaron tormenta. De hecho nos llegaron mensajes de alerta al teléfono dándonos indicaciones de no salir de la casa y otras exageraciones. Pensamos que si la tormenta tenía nombre propio, Nemo, entonces iba a ser importante, pero no lo fue, solo mucha nieve. Fuimos esa noche, sin que nos importara mucho la tormenta, a B. B. King, que es un teatro/bar/restaurant de, en su mayoría, música jazz y otros. Vimos a Al Kooper. Wikipeenlo porque no pienso escribir biografía acá. Comimos una hamburguesa no tan buena y nos volvimos a casa luchando contra la nieve que se nos metía en los ojos.
El domingo fuimos a Manhasset, que queda en Long Island. Visitamos al primo de mi mamá que vive ahí y nos esperaba con comida. Su mujer nos hizo ñoquis caseros y mucha cantidad de comida extra que obviamente devoramos. Nos llevaron a pasear por varios lugares cercanos como Great Neck, que es una comunidad judía iraní muy llena de plata, así que había casas increíbles; Port Washington que es parte de la costa donde hay varios muelles y barcos; y muchos centros de pueblos adorables. Todo es muy lindo ahí. Los barrios residenciales son muy parecidos (en cuanto a distribución de terreno y casas) a los countries en Argentina, solo que con la buenisima diferencia de que no están cercados. Lunes a la noche comimos en Panna II, un restaurante de comida hindú que queda en East Village. Me lo recomendó Vicky, una amiga, no por su comida si no por su ambientación. El techo esta tapado de lucesitas de colores. Muchas, demasiadas.
Ayer fuimos a Brooklyn. Tomamos el subte hasta China Town y de ahí caminamos hacia el Brooklyn Bridge. Lo atravesamos sacándonos miles de fotos y llegamos a Dumbo. Un barrio muy lindo donde no nos dedicamos a recorrer mucho más que buscar dónde comer. Comimos comida mexicana y seguimos recorriendo. Caminamos por todo el borde del río donde se llega a ver Manhattan y todo su paisaje de rascacielos vidriados. Subimos, porque literalmente estábamos mucho más abajo de donde están todas las calles y caminamos adentrándonos en Brooklyn Heights. Casas y barrios muy del estilo londinense. Mucha escalera para entrar a las casas, puertas importantes y ventanas altas. Caminamos por una calle llamada Smith donde esta lleno de locales de ropa y cafeterías y después caminamos miles de cuadras para llegar a la 7ma avenida. Para ese entonces ya era tarde y moríamos por un café. Cumplimos con nuestros deseos de chocolate caliente y después nos volvimos a casa donde finalmente en una salida a fumar un cigarrillo, conocimos a nuestro real vecino. El que vive al lado de nuestro departamento, cuyo perro es igual a Boo the cutest dog in the world (youtubeenlo).

Chelsea Market

High Line

Mood Fabrics
Nemo Storm

Manhasset, Long Island

Panna II, East Village
Brooklyn Bridge





viernes, 1 de febrero de 2013

Top Of The Rock

Esta vez tengo un par de historias desafortunadas para contar. Es como que venimos con una racha de perdidas. Todos los días veníamos con ganas de salir, pero llegaba la noche y el invierno nos tiraba abajo. Siempre terminaba siendo mejor idea una película y el pijama. Pero el sábado decidimos cambiar eso y nos propusimos salir. Le preguntamos a mi amiga Menaka que vive en NY de algunos lugares para ir. Nos recomendó unos en Lower East Side (LES) donde nos terminamos por convencer de ir a uno de esos. Así que nos cambiamos y después de averiguar cómo ir en subte (sí, subte, porque si no las salidas se vuelven enemigas del bolsillo) bajamos para irnos. Cuando bajamos nos encontramos a un vecino del edificio que nos saludó con buena onda (otros solo te sonríen). Nos dijo que se llamaba Brett y que iba a una fiesta, si queríamos ir con él. Demasiado buena onda para ser desconocido. De ser Buenos Aires tal vez hubiésemos rechazado esa propuesta, pero como era NY y andábamos solas aceptamos. Pidió un taxi (para nuestra desgracia) y encaramos hacia otro lugar porque para entrar a la fiesta te pedían una buena cantidad de plata que obviamente no estábamos dispuestas a gastar. Así que fuimos a un bar en Alphabet City (supongo que se llama así porque hay avenidas que adoptan letras en vez de números) dónde había unos amigos de él. Llegamos y entramos directo hacia el fondo donde estaban todos. Summit se llamaba el bar y la gente parecía muy ondera. Conocimos a sus amigos, uno era Rob que hablaba un poco de español porque había estado en Argentina y otros lugares, otro Ami que era un hipster con mucha barba y después su novia Sarah que era una chica muy linda que trabajaba en una galería de arte. Todos muy buena onda y enseguida nos hicieron sentir bien. Nos dieron unos tragos muy raros pero ricos que tenían algo de lima, canela, vodka y otros ingredientes raros y estuvimos hablando ahí toda la noche. De vez en cuando salíamos a fumar un pucho y en una de esas escapadas conocimos a Robbin, una chica que no sabíamos bien si estaba borracha, fumada o con otras drogas. Pero se reía demasiado, se caía y parecía nerviosa. Vivía al lado del bar pero nunca había entrado, así que la obligamos a entrar. Rob le dio un trago y se acomodó con nosotros, aunque de vez en cuando subía a su departamento y volvía. Siempre llevándose el tapado de Flor. Cuestión que cuando nos vamos hubo toda una movida de abrigos, llaves, carteras y cosas que no entendimos nada. Llegamos a casa y nos dimos cuenta de algo. No teníamos la llave. Buscamos mil maneras de entrar al departamento o buscar la llave pero ninguna funcionó, así que terminamos durmiendo en el sillón de Brett. Al día siguiente nos fuimos para Alphabet City otra vez, convencidas de que Robbin se había llevado nuestras llaves por equivocación. Le tocamos el timbre y nos bajo a abrir. Subimos, buscamos por todos lados y no estaba. Lo lamentable es que teníamos que pagar una multa de algo así como $250 por perder la llave. Finalmente busca en su cartera y ahí estaba. Saltamos y gritamos de alegría y nos fuimos. Lo peor había sido que en ningún momento nos importó mucho perder la llave, de hecho caminamos mirando anteojos y pañuelos. A la vuelta vimos una especie de águila que se estaba comiendo una rata y todos le andábamos sacando fotos (comentario random). Cuestión que llegamos, entramos al depto y todo fue alegría.
Los siguientes días no hicimos mucho. Flor empezó su curso de dibujo y yo estuve leyendo una obra basada en Les Liaison Dangereuses para mi curso de Costume Design and History. Volvimos al Met porque nos faltaban cosas por ver y ese mismo día nevó, tal cual habían anunciado dos semanas antes. Otro día decidimos ir a Brooklyn porque la semana tenía un clima más ameno que la anterior. Cuestión que nos mandamos sin checkear el google maps a dónde ibamos. Solo sabíamos que a Williamsburg, que supone ser la parte linda. Nos bajamos en una que supuestamente ya era Williamsburg. Cuestión que era un lugar corte Constitución. Tratabamos de buscar una cara amigable para preguntarle a dónde ir, pero ninguno daba con el perfil. Cuestión que una italiana nos dijo que fueramos a una calle llamada Bedford, que eso era lo lindo. Después de unas 7 cuadras de imaginar mil formas en las que me podían afanar la cámara (que digamos era lo único que me preocupaba porque no es como que acá te matan para robarte) llegamos a Bedford Avenue. Cero copado. Era una gran comunidad judía ortodoxa. Y cuando digo gran, es GRAN. Eramos las únicas goi caminando por ahí y para ellos eramos bichos raros perdidos en su territorio. Asi que seguimos caminando hasta la parte norte de Williamsburg y finalmente llegamos a la parte copada. Era una callecita con locales de ropa vintage, marcas independientes, libros usados, discos de vinilos en venta y bares con luces por todos lados. Todos eran hipsters. TODOS. Pero ya era de noche, asi que compramos unos libros, tuve el honor de poder tocar un gato al fin, vimos ropa y nos volvimos.
Ayer empecé el curso. La profesora muy buena onda, así con pinta de vieja bohemia copada. Revoleaba telas para todos lados, pero todo fue muy introductorio por ahora. Aunque cabe destacar el detalle de que llegué tarde (como siempre) porque me perdí en el edificio de Parsons como por 15 minutos. A la noche salimos a un hotel (acá hay bares y movidas nocturnas en los hoteles), nos tomamos unos tragos muy copados, escuchamos muy buena música y obviamente terminamos, digamoslo sútilmente, tocadas por las bebidas espirituales. Especialmente Flor, no es que quiera deschavarla, no, para nada. Pero fue muy divertido.
Hoy fuimos a Rockefeller Center. Hacía bastante frío, pero igual caminamos mucho. La pista de hielo estaba cerrada porque le estaban pasando una maquina. Nos comimos un cupcake en Magnolia Bakery como dios dicta y nos volvimos al departamento porque nunca entendimos en que momento se hicieron las 10.